

Nos vemos el sábado 15 de noviembre 2026 en El Paraíso del Café, Rayón #18, Cuernavaca Centro. Pueden realizar sus pedidos por correo, teléfono o dejando un comentario aquí abajo.



Nos vemos el sábado 15 de noviembre 2026 en El Paraíso del Café, Rayón #18, Cuernavaca Centro. Pueden realizar sus pedidos por correo, teléfono o dejando un comentario aquí abajo.


La Cátedra Pluricultural Carlos Montemayor celebra la vida y obra del escritor humanista cuyo legado abarca: poesía, , periodismo, ensayo, cuento, novela, traducciones y discos de música de excelencia, por lo cual recibió numerosas premios y reconocimientos nacionales e internacionales: Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, premio Juan Rulfo, medalla Roque Dalton, premio especial Giuseppe Acerbi, en Italia, premio Xavier Villaurrutia, Alfonso Décimo, José Fuentes Mares, Narrativa Colima, Fundación México Unido a la Excelencia de lo Nuestro, Premio Nacional de Ciencias y Artes, Doctor Honoris Causa otorgado por la Universidad Autónoma Metropolitana y por la Universidad Autónoma de Chihuahua. La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez lo nombró Profesor Emérito.
Sus investigaciones sobre las guerrillas de Lucio Cabañas en Guerrero y la del maestro Arturo Gámiz en Chihuahua, son narradas en las novelas: “Guerra en el paraíso”, “Las armas del alba”, “Las mujeres del alba”, “La fuga”, aunado a ensayos: “La guerrilla recurrente”, “La violencia del Estado en México. Antes y después del 68”, “Chiapas la rebelión indígena de México”, “Rehacer la historia”, “Los documentos secretos”. Panorama completo y sustantivo sobre luchas populares. Abarcan: 1968, 10 de junio 1971, Aguas Blancas, Acteal, Atenco, Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca APPO. Estudia el Partido Obrero Campesino Unión del Pueblo- Partido de los Pobres PROCUP-PDLP, el EPR Ejército Popular Revolucionario y el EZLN Ejercito Zapatista de Liberación Nacional.
Afirma que los levantamientos populares son respuesta a la violencia ejercida por el estado: miseria, injusticias, impunidad, falta de oportunidades de educación, vivienda, salud, trabajo, despojo de tierras. Unido al agotamiento de quienes exigen justicia dentro de los marcos legales sin tener respuesta, por el contrario recibir violencia por atreverse a exigir derechos mínimos. Mientras el estado responda a esta situación desesperada con represión, cárceles, tortura, persecución y muerte, no podrá evitar que los pueblos cansados de trampas legales y jurídicas, sistemáticamente infringidas a los pueblos, estos se organicen y levanten banderas justas. El estado los criminaliza catalogándolos de delincuentes, roba vacas, alteradores del orden, en consecuencia, actúa brutalmente.

La novela Guerra en el paraíso (1991) recrea el movimiento del Partido de los Pobres del maestro Lucio Cabañas. Guerrero es cercado militarmente, se decreta el extermino del núcleo guerrillero y de los campesinos que lo apoyan. Guerra, como si se tratara de defender la patria, la nación. Miles asesinados, torturados, desaparecidos, algunos aventados al mar en los aviones de la muerte, respuesta de un estado criminal. La novela rompió el silencio impuesto sobre luchas armadas populares. Recurrentes, pues los problemas sociales y políticos que las originan no se resuelven.https://www.facebook.com/share/p/1BjcsgB8XH/?mibextid=wwXIfr
Qué pasaría si los políticos, en vez de mandar ejército, policías federales, municipales, paramilitares, para exterminar, escucharan y satisficieran las justas demandas, procurar un buen vivir para los pueblos, respetar sus territorios, autonomía, construir caminos, escuelas, centros de salud, trabajos dignos, y no invertir en armas, soldados, helicópteros, movilización de ejércitos. Pero no, la respuesta en brutal, tal como relata Montemayor en estas novelas y ensayos. Las matanzas, en 68, jueves de corpus, Aguas blancas, el Charco, Acteal, Atenco y APPO, podría haber tenido solución social y política, pero no, el estado es incapaz de solucionar por vías no violentas los ancestrales problemas que atraviesan el país, prefieren declarar la guerra.
Qué pasaría si el ejército, la guardia nacional, los marinos en vez de aliarse con la delincuencia, la criminalidad, el narco, se dedicaran a pacificar el país, mediante un trabajo de seguridad nacional, que actualmente, no está al servicio de pacificar la nación, sino cubriendo las espaldas de políticos y empresarios que la usan para sus intereses personales. Montemayor denuncia la descomposición de la secretaria de seguridad, que ha caído en corrupción, ya incuestionable.
Al discurso del poder, Montemayor lo califica de ficticio, hoy quedan claras las mentiras y omisiones que salpican las Mañaneras, borran desaparecidos, desplazamientos forzosos, violencia en la frontera sur contra migrantes, despojo de agua, territorio y vidas, ecocidio y etnocidio de megaproyectos de muerte, ejecutados por: ejército, marina, nacos, delincuencia, criminales, paramilitares, amparados en impunidad y corrupción.

En cambio, la literatura, como, en su caso, recrea hechos históricos, a partir de investigación, testimonios, periódicos, documentos, que nos dan una realidad compleja, rica en matices, contradicciones, personajes, diálogos, atmosferas que recrean la historia viva de acontecimientos históricos. Montemayor estudió cinco años la guerrilla de Lucio Cabañas, recorrió su geografía, entrevistó testigos, realizó trabajo antropológico, consultó documentos, periódicos, basta información para recrear el movimiento del Partido de los Pobres y la Brigada de Ajusticiamiento.
Carlos Montemayor es indispensable para comprender el siglo XX y los avatares del XXI, tristemente murió en 2010. Se añora su voz, compromiso literario, amor a las lenguas indígenas, periodismo crítico, participación en defensa de presos políticos, entusiasmo por y con EZLN. Hoy daría vida y voz a los 43, las buscadoras, migrantes, denunciaría la guerra contra de los zapatistas, no faltarían razones para su trabajo serio, riguroso, que denuncia la violencia del estado mexicano, a la par que su entusiasmo y estudios profundos de las leguas originarias, que ocuparon su pluma, y sus saberes.
La Cátedra Carlos Montemayor ofrece un seminario en el Colegio de Morelos: “El legado de Carlos Montemayor”. Cuenta con modalidad virtual y presencial en el auditorio del Colmor. Tendrá duración de 20 horas divididas en 10 sesiones quincenales de dos horas. Mayores informes en: educacion.continua@elcolegiodemorelos.edu.mx


La Cátedra ha elaborado la agenda 2026, Carlos Montemayor, editada por la Cartonera Cuernavaca, con información de su obra, fotografías de sus libros, reflexiones, mes con mes, de su obra literaria. Se puede adquirir en página de Catedra Pluricultural Carlos Montemayor. Se presentará el 15 de noviembre en el Paraíso Café, a las cinco de la tarde. Homenaje a quien nos regaló una vida plena en la que nada faltó, incluyendo su amor por la música, grabó varios discos con su voz de barítono.

En el Paraíso Café se levantó una ofrenda, contado con objetos personales que aportó su viuda Susana de la Garza. Anteojos, reloj, pasaporte, pipa, documentos varios y una libreta con sus apuntes. La Catedra realizó un encuentro con personas interesadas en el autor. Hubo lectura de poemas, textos, y reminiscencias a cargo de la doctora Laura Bensasson presidenta de la cátedra. Larga vida para Carlos Montemayor.
Agradecimiento al Paraíso Café por su solidaridad y entusiasmo, gracias.

Más imágenes de la ofrenda en la página Facebook de la Cátedra Carlos Montemayor.
El Colegio de Morelos y la Cátedra Carlos Montemayor te invitan al seminario “El Legado de Carlos Montemayor” que inicia el próximo 3 de octubre de 2025. Este contará con modalidad virtual y presencial en el auditorio de El Colegio de Morelos en Cuernavaca.
El seminario tendrá una duración de 20 horas divididas en 10 sesiones quincenales de 2 horas. El costo será de $1,000 por persona.
Registro en:
https://forms.gle/TTDxqEEBZnPcoKxP9
Mayores informes en:
educacion.continua@elcolegiodemorelos.edu.mx

La Cátedra Carlos Montemayor te invita a asistir a la mesa de reflexión “Nuestras dos humanidades” Recordando el nacimiento de Carlos Montemayor.
Fecha: Sábado 14 de Junio de 2025
Lugar: El Colegio de Morelos
Horario: 10:00 a 14:00 hrs.

Recordando la fecha de nacimiento de Carlos Montemayor, se llevará a cabo una mesa de reflexión entre estudiosos de las humanidades occidentales y mesoamericanas. Este encuentro busca reivindicar el diálogo multicultural en el tiempo y en el espacio, equiparando el mundo clásico y el mundo indígena como manifestaciones humanas igualmente valiosas y con elementos comunes.
Laura Bensasson – «Nuestras Humanidades»
Martha Montemayor – «Carlos Montemayor y las humanidades clásicas»
Tomás Pérez – «Árboles y frutos en la obra de Carlos Montemayor»
Jaime Reséndiz – «Núcleo duro mesoamericano y su permanencia en el México actual»
Claudio García – «Carta póstuma a Carlos Montemayor. Clasicismo, colonialismo, emancipación»
Conversatorio virtual «Carlos Montemayor. Maestro, escritor, luchador social e investigador de las culturas indígenas, 1947-2010», en el marco del quinceavo aniversario luctuoso del poeta, novelista, lingüista e historiador. Con la participación de Cynthia Astudillo, Laura Bensasson, Susana de la Garza y Gilberto López y Rivas.
Acompáñanos Miércoles 23 de abril a las 17 horas en la Transmisión en vivo del evento en
https://www.facebook.com/inehrm.fanpage
https://www.youtube.com/@CanalINEHRM


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¡No te pierdas la presentación del documental «El origen de la lluvia»!
Fecha y lugar: 10 de abril de 2025 | 17:00 h Cine Morelos
Presentan: UPN, Unidad Morelos • Colegio de Morelos • Cátedra Carlos Montemayor • Cine Morelos • Seminario de Cultura Mexicana, Capítulo Cuernavaca
* Proyección del documental dirigido por Itandehuitl Orta, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
* Mesa de análisis con participación de: ➤ Itandehuitl Orta (Directora) ➤ Integrantes de Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y de los Volcanes ➤ Dra. Márgara Millán (UNAM) ➤ Dra. María del Carmen Orihuela (ColMor) ➤ Conducción: Dra. Alicia Dorantes (Cátedra Carlos Montemayor)
En el marco de:
* La Semana de la Tierra UPN
* CVI aniversario luctuoso del General Emiliano Zapata Salazar
* 2025: Año de la Conservación de los Glaciares
Una oportunidad para reflexionar e involucrarse en el diálogo sobre la defensa del territorio, los derechos de los pueblos y la naturaleza
SINÓPSIS DEL DOCUMENTAL
“En 2021 se declaró oficialmente la extinción del glaciar Ayoloco, en el volcán Iztaccihuatl. Arriba, en las montañas; las Mujeres de la Asamblea de los Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y los Volcanes caminan resignificando su relación con el origen del volcán. La lucha en defensa del agua ante el extractivismo por parte de trasnacionales y la conexión con el territorio hacen que el andar sea símbolo de la resistencia y dignidad por la vida”.
Comparte y únete al diálogo #Documentales #ConservaciónGlaciares #SemanaDeLaTierra #ZapataVive
#Respeta #Reintegra #Reduce #Reutiliza #Repara #Resiste #Rechaza
Contacto: hzteatro@gmail.com

Semblanza de la Dra. María Alicia Dorantes Camacho: Estudió arquitectura con Jean Robert en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Es licenciada en Historia del Arte con la tesis Convento de Ocuituco: estudio formal y su rescate historiográfico (1998). Obtuvo los grados de Maestra y de Doctora en Historia del Arte por El Colegio de Morelos (antes CIDHEM). Ha sido catedrática en distintas universidades en Cuernavaca y ha participado activamente en la defensa del patrimonio cultural y los derechos humanos en México. Fue cofundadora del Consejo Ciudadano para la Cultura y las Artes en Morelos en el año 2000. Fue miembro de la Fundación Sergio Méndez Arceo (2004-2010).
Ha colaborado en diversos proyectos relacionados con el pensamiento de Iván Illich y coordina desde el 2001 a la fecha con la Dra. Sylvia Marcos el seminario de lectores de Jean Robert y Sylvia Marcos, teniendo un especial interés en los derechos humanos y la defensa del patrimonio cultural. Ha acompañado activamente luchas socioambientales en Morelos, siendo por ejemplo miembro del Frente Cívico Pro Defensa del Casino de la Selva (ganador del Premio Sergio Méndez Arceo 2004). Es adherente desde 2005 a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y se sumó en 2011 al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad desde el primer día de ofrenda a las víctimas de la violencia frente al Palacio de Gobierno de Morelos.
La tesis de Doctorado en Historia del Arte de María Alicia Dorantes Camacho (COLMOR, 2022, mención honorífica) se titula: «Figuritas de las Cañadas de Morelos en la época prehispánica: vínculos externos, patrones de asentamientos, enlaces estilísticos y rutas de intercambio» [PDF]. Presenta un análisis comparativo del estilo artístico e iconográfico de las figurillas antropomorfas de barro del periodo preclásico, tanto de manufactura sólida como hueca, encontradas en los sitios de la zona arqueológica de Gualupita. Se plantea que estas figurillas representan una reinterpretación local del estilo característico de la Cuenca de México, enriquecida con matices regionales.
En su tesis doctoral, María Alicia Dorantes Camacho examina las formas escultóricas y arquitectónicas de los periodos Preclásico y Clásico, evidenciando la influencia teotihuacana; Epiclásico, con la presencia del estilo Xochicalco; y Posclásico, centrando la atención en el Altépetl de Cuauhnáhuac. Este último sitio se analiza como un punto estratégico de comunicación y tránsito entre el Golfo de México y la Costa del Pacífico, además de ser un centro donde se manifiesta la influencia del estilo Mixteca-Puebla en dicho periodo. La tesis busca comprender el papel de las Cañadas de Morelos dentro del sistema mesoamericano, resaltando su continua interrelación con diversas áreas de la región. A través de este análisis, se identifican sus vínculos externos, patrones de asentamiento, enlaces estilísticos y rutas de intercambio, evidenciando su integración en la dinámica cultural y económica del mundo mesoamericano.
Este estudio integral de la región de las cañadas morelenses en la época prehispánica tiene como principal mérito del trabajo se encuentra en el esfuerzo por conectar historias que, a menudo, se han presentado de manera fragmentaria y dispersa, como lo son las de Chalcatzingo o Xochicalco. De una visión que resaltaba los sitios arqueológicos como unidades aisladas, se pasa en este trabajo a indagar un poco más en sus vínculos históricos, diacrónicos y sincrónicos. Dr. Pablo Escalante Gonzalbo (IIE-UNAM)

Como miembro de la Cátedra Carlos Montemayor, la compañera Alicia ha participado como co-organizadora en diversos eventos académicos y culturales, destacando el homenaje “La Lucha social en la obra de Carlos Montemayor” (Cuernavaca, 18 de junio de 2016) y el Foro-debate: «Y retiemble… Los retos de la propuesta del Congreso Nacional Indígena« (25 de febrero de 2017). Asimismo, co-coordinó el homenaje itinerante “Foro Lenguas y Culturas Vivas” (19 y 20 de junio de 2015), realizado en Cuernavaca, Tepoztlán y Xoxocotla, el cual incluyó poesía en lenguas originarias, un panel en defensa de las lenguas, testimonios de luchas, cortometrajes, documentales, exposiciones de fotografía y grabado, y presentaciones musicales.
También co-organizó conferencias con destacados especialistas, como «Los procesos autonómicos de los pueblos indígenas en el neoliberalismo«, impartida por Gilberto López y Rivas (CIDHEM, Cuernavaca, 20 de marzo de 2015), y «Formación de excelencia para los pueblos indígenas: llave para el ejercicio de los derechos plenos», a cargo de José del Val (PUIC-UNAM) (CIDHEM, Cuernavaca, 6 de marzo de 2015). Además, participó como coordinadora y ponente en el Diplomado «Construyendo puentes: los retos de la interculturalidad«, organizado por el CIDHEM en Cuernavaca, del 25 de octubre de 2014 al 17 de abril de 2015. [Otras actividades recientes de la Cátedra Carlos Montemayor].
Para contactar por correo a la Dra. Alicia Dorantes Camacho: ismaela13@yahoo.com
A treinta años de Guerra en el Paraíso
Por Oralba Castillo Nájera, activista y escritora. Miembro de la Cátedra Carlos Montemayor
La novela Guerra en el Paraíso está enraizada con la literatura de compromiso político que atraviesa a las letras mexicanas. Tendencia donde se inscriben las obras de Manuel Payno, Vicente Riva Palacio, o Tomochic de Heriberto Frías, y dentro de las novelas de la revolución, destacamos la obra de Marín Luis Guzmán, La sombra del caudillo. Podría seguir citando muchas más que son la memoria viva de los crímenes del poder y las luchas de los pueblos.
La literatura histórica combina la libertad de creatividad del autor con datos, o hechos extraídos de la historia. Manuel Payno lo explica: “en estos estudios no hacemos sino animar a los personajes y ponerlos en un instante de bulto ante el lector, pero conservando toda la verdad histórica”.
Carlos Montemayor en Guerra en el Paraíso, da voz y vida a la lucha del Partido de los Pobres y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, que nace de las entrañas de Guerrero y que encabeza Lucio Cabañas.
Guerra en el Paraíso rompe el silencio en que el poder del Estado había ocultado y deformado, lo que hoy conocemos como la Guerra Sucia.
Los años setentas fueron impactados con los golpes de Estado en Uruguay, Chile y Argentina. Y mientras leíamos con estupor el terror instaurado en el Cono Sur, nosotros no sabíamos que el ejército había cercado a Guerrero con la consigna de exterminar la lucha guerrillera campesina de Lucio Cabañas.
En la novela desfilan los personajes responsables de esta guerra. En memoria de Julius Fucik, el comunista checo torturado por la Gestapo, retomo de su libro: Reportaje a pie de la horca, su petición: No olviden los nombres de las figuras y de las figurillas. No los olviden. Carlos Montemayor nos pone de frente a las figurillas con nombre y apellido. Los encargados de la represión dialogan, fuman, se pasean en sus oficinas, dan ordenes, torturan: Solano Chagoya, Enríquez Rodríguez jefes militares de la zona, el gobernador: Nogeda Otero; Wilfrido Castro Contreras, jefe de la Policía Judicial, Moya Palencia Secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios de la temida Federal de Seguridad, Ojeda Paullada Procurador General de la República, el general Cuenca Díaz Secretario de Defensa Nacional, los torturadores: Nazar Haro, Quiroz Hermosillo, Acosta Chaparro; y Luis Echeverría presidente de la República. Todos responsables de la persecución, desaparición, asesinato y tortura de miles de personas. Figurillas criminales que no olvidamos ni perdonamos.
Carlos Montemayor los denuncia al llevarnos a las mazmorras siniestras en dónde se practica la tortura, siendo está un instrumento del poder. El torturador es entrenado, educado, condicionado para realizar las peores bajezas contra personas en total vulnerabilidad, sometidas y derrotadas de ante mano. Práctica anticonstitucional. La víctima no tiene ningún derecho, no existe. El torturador cuenta con absoluta impunidad. Leo una escena cruda al respecto:
“–No hablan español, sargento.
–Tú sigue, hasta que hablen.
–Pero le aseguro que no pueden.
–Mira cómo saben lo que estoy diciéndote. Se están haciendo pendejos. Todos encubren a Lucio. A ver tú contéstame. ¿Con que ayudas, cabrón? ¡Contesta, o te sigo partiendo la madre!
–No entienden nada, mi sargento. No hablan español, no son gente de razón, pues.
… «Perdón yo no, no mates, gracias”, eran sus únicas palabras que decían en español. Las decían una y otra vez, llorando, gimiendo, con los ojos brillantes por el miedo….
El tufo de orina y quizás ese olor fresco que tiene la sangre, un olor a frío, a fierro, a piedra. El cabo se volvió a mirar a los indios. Estaban en el suelo, caídos como un montón de cosas, de paja seca, de lodo. Uno de ellos acababa de orinarse y la tierra aún no absorbía la mancha espumosa; los jirones sucios de sus pantalones estaban mojados. Eran pedazos temblorosos de algo, ahí, junto a las botas del soldado …Dos de ellos tenían los brazos rotos; eso aumentaba la sensación de que eran cosas inflamadas, carne abombándose, amoratada y negra como el lodo, como distinta de los cuerpos, que ya defecaba u orinaban sin proponérselo. El cabo sitió sed, pero deseo una cerveza fría…”
Está y otras escenas en Guerra en el Paraíso nos dan la dimensión de la guerra sucia, haciéndonos vivir, sentir, sufrir. Es está una virtud de la literatura histórica, poner frente a nuestros ojos, en este caso, la represión del poder del Estado, contra campesinos pobres. Escuchemos a un padre campesino hablando con su hijo:
“No te esperes, porque entonces ya no podrás salir. Aquí te van a matar. Y a mí también. A todos. Vete ahora. Llévate esas tortillas, nosotras ya nos la arreglaremos después. Dame el gusto de saber que no te van a matar aquí en la casa. No sería bueno eso, hijo. ¿Sabes cómo están buscando?, ¿verdad? Tus propios compañeros de la Normal te van a traicionar. El gobierno se ha metido en todas partes. Eulogio me dijo que hasta teléfonos están poniendo en toda la sierra para los guachos. Así se hablan ellos más rápido. Y los caminos que están haciendo, ¡uh!, pues más. No es bueno que te quedes aquí. Mejor vete con el profesor, ahora que estas fuerte. Y hazle daño al gobierno, defiéndete bien … Claro si me matan a mi pues ya estoy viejo, es puro bagazo lo que matarían. No importa, pues. Pero tú no hijo. Vete a ayudar al profesor…”
¿Quién es el profesor Lucio Cabañas?, aparece, página a página, delgado, con manos largas y huesudas, calmado, sereno; viste humildemente, usa sombrero de palma, padece migrañas que le parten la cabeza de dolor; sabe que la lucha debe pasar de lo local, a lo regional, a lo nacional y también a lo internacional. Busca alianzas con otros partidos en armas, habla en asamblea con sus hombres, mantiene relación estrecha con pobladores de los caseríos y rancherías, que proveen de alimento, información y protección a la guerrilla. El Partido de los Pobres cuenta con un ideario. Habla Lucio:
“Somos el mismo pueblo que explotan los dinereros y los políticos que tienen policías y soldados. Y nosotros somos el mismo campesino. Pero somos nosotros, somos sus piernas, para caminar recio por el monte y llegar a la verdadera felicidad del pueblo, a su libertad, pues, para que todos vivan como personas respetables, bien crecidos los niños porque coman, porque tengan mucho cuidado con médicos, con medicinas, con hospitales, con escuelas. Somos sus piernas, pues, para caminar políticamente, para llegar al socialismo que nos proponemos llegar todos los campesinos pobres.”
Guerra en el Paraíso crea una totalidad compleja en la que personajes, atmosferas, e historias se tejen al ritmo de la acción: escaramuzas, encontronazos, emboscadas, secuestros, asalto a bancos, persecución, mantienen un ritmo avasallador.
La buena pluma y amor a las lenguas originarias, permiten a Carlos Montemayor, tejer en el lenguaje realista, sobrio una visión poética de la naturaleza, que en sí misma es un personaje vivo, cito:
“Solo se oye la tierra ¿oyes toda la noche?”, “El aire parecía limpiarse más.”, “La mañana ascendía con su sonora fuerza de aves, de árboles, del arroyo que caía en la cascada cercana”, “El grito agitado de los pájaros, llamaban a los árboles”, “La mañana se había movido con aroma a cuervos”, “El viento volvía a sonar en el Otatal como si presionará sobre la tierra, sobre las rocas, como si fuera un movimiento de animal ciego atrapado en la cañada, en el monte y la maleza”

Los paisajes respiran, caminan, cantan, están poblados de árboles: Cacahuananches, primaveras, lianas, palmeras, encinos, cafetales, timuches, platanares. Acompañados de un festín de pájaros: torcazas, gorriones, chirrucos, ahuejotes, carpinteros, zopilotes, loros.
Así pasajes duros y que cuestan trabajo leer, son matizados con este mosaico literario.
Merece ser mencionado uno de los últimos capítulos, realmente soberbio. La comida en el Casino Militar de Chapultepec al que llegan generales. Con lujo de detalles vemos pasar wiskis, vinos españoles, bandejas con camarones, carnes cocinadas con frutas, postres, aperitivos. El festín reúne a militares, algunos involucrados directamente en la guerra sucia. Escuchemos al viejo general Escárcega
“—Podemos confundir al ejército con México y llegar a creer que México somos nosotros mismos, o lo que nosotros hacemos. Que no hay más fuerza posible en México que la nuestra. Y a eso voy. La función primordial del ejército es fortalecer la seguridad de un país. O la paz del país, digamos. Y esa seguridad se busca aún al precio de la guerra. Pero a veces buscando esa paz podríamos sofocar al pueblo mismo, conseguirla al precio de luchar en contra del pueblo mismo. Y en ese sentido yo decía que quizás Lucio no es como otros radicales y asaltabancos comunes. O sea, la Liga 23 de septiembre es la delincuencia de un grupo con ideas comunistas, pero la de Lucio bien podría ser la lucha de pueblos, la lucha del pueblo real y no de exaltados y radicales, ¿me explicó? Temen reconocer que es un alzamiento popular, que son pueblos enteros apoyando a Lucio. Nosotros sabemos que el ejército en el pasado ultimó a las guerrillas zapatistas con una estrategia muy parecida a la que ahora estamos siguiendo.
Por eso el presidente Echeverría no quiere aceptar públicamente que se trata de un alzamiento que apoyan los pueblos y prefiere creer que es la CIA la que anda trepada en la sierra con Lucio.
Nadie se imaginó que Zapata, era el héroe y no el coronel Guajardo. Para él y para el general Pablo González, Zapata era un bandolero, un roba vacas, un indio asesino. Quizá era eso para todos en ese momento ¿por qué no? Huerta ignoró que el fusilando a Madero no salvaba a México, sino que perdía la guerra.”
Impecable manera de ir cerrando Guerra en el Paraíso, cuyas últimas páginas están dedicadas a acompañar en la muerte a Lucio Cabañas, acorralado.
“Qué extraña parecía ahora la lucha. Que extraño no sentir vacío ante la muerte. Ahí, en el río, en la inmensidad de la creciente de las aguas, iban pasando todavía los cuerpos de Gámiz, de Óscar González, de Genaro. También de Raúl Ramos. Se volvía hacia el mundo inmenso de agua y en el río seguían pasando todos los que fueron palabra y no sangre, y todos los que fueron sangre desde la primera lucha, desde su primera palabra.
…única caída parecía estar cayendo una y otra vez y otra, como un destino que se imponía, ahí, cerrando el camino, el día, la misma lucha que brotaba del grito que ardía en su boca, en su espalda, en su pecho: el mismo grito que era otro sol que le quemaba la boca, la saliva, la sangre que sentía brotar como todo lo que tenía que hacer, lo que faltaba por hacer; una prisa gritando con el mismo calor, negándose a caer con el mismo ardor, negándose a caer con el mismo ojo incólume de soles que trataban de brotar desde sus manos apoyadas en la tierra, en la roca, gritando por hacerlo, gritando que falta mucho por hacer, por hacer, por hacer, por hacer.”
Falta mucho por hacer. Me preguntó quién escribirá la novela sobre la guerra que amenaza la vida del planeta. Quién contará de los megaproyectos de muerte que avanzan destruyendo el sureste, sus comunidades, flora y fauna, quién hablara de las comunidades oaxaqueñas, a las que les están arrebatando la vida para pasar el Corredor Transístmico, quién gritara que el Plan Integral Morelos amenaza de muerte a campesinos del Oriente zapatista. Quién reclamará justicia para el asesinato de Samir Flores Soberanes, quien dará voz a las familias de miles de desaparecidos en las entrañas de la Cuarta Transformación. Quién dará sonido a las balas que, en Aldama, Chiapas hace meses no terminan. Y sobre los desplazados, los migrantes. Quién podrá darnos cuenta del discurso perverso del poder que cada mañana, por las mañanera, receta un sermón de mentiras que ocultan el extermino. Quién hablará de la cuarta T, como aquella que hizo empresarios a los militares, dándoles luz verde para que el territorio nacional sea una fosa.
Y abriendo una fisura a la monstruo capitalista, en 2012 después de un prolongado silencio, las bases del EZLN llegaron por miles a la plaza de San Cristóbal de Las Casas, callados, cubiertos con sus pasamontañas, a pasos firmes y ligeros, una a uno, subieron y bajaron por una pequeña tarima, y siguieron su camino hacia las montañas. Una escenografía poderosa y bella a la que nos tienen acostumbrados los zapatistas. El evento fue acompañado de un comunicado: “¿Escucharon? Es el sonido de su mundo derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo.”
Falta lo que falta. Mientras tanto resistir, no rendirse, no traicionar, no claudicar.
1 diciembre 2021, Los Pinos. Homenaje a Lucio Cabañas y a los treinta años de la novela Guerra en el Paraíso de Carlos Montemayor
«Vuela en alegría, te queremos, tus amigos de la Cátedra Intercultural Carlos Montemayor».
Santiago Angel Scotto Boetani, 27 de enero de 1942 – 2 de febrero de 2025.

Compañero Santiago,
Gracias por tu camino solidario, por compartirnos tu pensamiento, tu lucha y tu corazón. Siempre atento y generoso a las causas humanamente justas, tus pasos son nuestra enseñanza. Nuestro más sensible abrazo a familiares y amigos. Vuela en alegría, te queremos, tus amigos de la Cátedra Intercultural Carlos Montemayor.

Por Oralba Castillo Najera
Publicado en LaJornadaMorelos | 05-12-2024

El 22 de noviembre pasado, en El Colegio de Morelos auspiciado por su rector el maestro Carlos Agustín Barreto se realizó el Conversatorio “Muerte y renacimiento de las lenguas originarias de México” organizado por la Cátedra Carlos Montemayor. Dio la bienvenida Laura Bensasson coordinadora de la Cátedra, Susana de la Garza viuda de C. Montemayor, los poetas: Mardonio Carballo (náhuatl), poeta, actor y periodista, participante en el noticiero de Carmen Aristegui con la sección “Las Plumas de la serpiente”, conductor del programa “La Raíz Doble” en Canal 22. Bricelda Cuevas (maya) medalla Bellas Artes de Literatura en lenguas originarias, su poesía ha sido traducida al francés, holandés. inglés, árabe, italiano y ruso. Hubert Matiúwáa (tlapaneco) poeta, traductor y ensayista de Malinatepec, Guerrero, merecedor del premio “De Literaturas Indígenas de América”, divulgador de la lengua y filosofía de la cultura me pháa. Una mesa de lujo con la cual, entre otros eventos, el Colegio de Morelos retoma su proyecto original; propiciar el pensamiento crítico.
La doctora Laura Bensasson nos cuenta que la Cátedra Carlos Montemayor se inauguró en junio de 2011, en el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos CIDHEM, con el objetivo central de difundir el pensamiento de Carlos Montemayor, propiciar la lectura de su obra literaria y darles continuidad a sus proyectos promocionando la novela social como instrumento de conocimiento de la realidad; procurar la formación del pensamiento crítico con conciencia de compromiso social. Reivindicar el dialogo multicultural en el tiempo y en el espacio, equiparando el mundo clásico y el mundo indígena, ambos valiosos y con elementos comunes. Generar propuestas alternativas para la enseñanza, divulgación y respeto a las lenguas y culturas indígenas, y fomentar la creación literaria, traducción y publicación en lenguas originarias. Pues como afirma Carlos Montemayor “Las culturas, los pueblos y los idiomas indígenas, son los que mejor podrían decirnos ahora el México, que no hemos aún descubierto de nosotros mismos”
La Cátedra fue impulsada por alumnos del CIDHEM que participaron en los seminarios impartidos por Montemayor. Quienes le han realizado varios homenajes, comenzando por rendirle un homenaje póstumo en 2010, al que siguieron varios más en UAEM, en el Jardín Borda: “El legado de Carlos Montemayor”. Otro homenaje en el Cine Morelos “Carlos Montemayor en el cine nacional”, en 2016 se realizó el séptimo homenaje con el tema “La lucha social en la obra de Carlos Montemayor”.
También se llevó a cabo el Foro itinerante “Lenguas y culturas vivas de México”, que incluyó lectura de poesías con la participación de Natalia Toledo, Irma Pineda, Ruperta Bautista, Araceli Tecolapa, Rubí Huerta, Armando Vázquez Peralta, Lorenzo Hernández, Jaime Chávez, Alfredo Santiago.
Se realizó el Foro Debate, en memoria del doc. Rodolfo Stavenhagen “Y retiemble …los retos de la propuesta del Congreso Nacional Indígena”, entre otros más.
Se promovieron presentaciones de libros: “Las mujeres del alba.”, obra póstuma de Carlos Montemayor o del doc. Bruno Baronnet “Autonomía y educación indígena. Las escuelas zapatistas de la Selva Lacandona de Chiapas, México” y “Los otros cuentos… Relatos del Subcomandante Insurgente Marcos”, acompañados del grupo musical “La insurgencia del caracol” de Nico Falkoff, con la Red Bonarense de Solidaridad con Chiapas.
La Catedra ofreció dos seminarios con las siguientes líneas de investigación: “Lengua y cultura nahuas” y “Lengua, cultura e identidad.” Impulsó el diplomado “Construyendo puentes: los retos de la Interculturalidad.”
Se organizaron foros sobre: “Militarización, cultura de derechos humanos”. Se llevó a cabo la mesa redonda “La libertad según los zapatistas: memorias de la escuelita”. Se presentó la tesis doctoral de Gregorio Sosenski “América Latina y México en los albores de la guerra fría. El general Francisco J. Mujica y sus últimos combates en defensa de la Revolución”. Se llevó a cabo el primer encuentro estatal sobre interculturalidad en Morelos: “¿Por qué? y ¿para quién?,”
Han participado en distintos eventos: Rodrigo Moya, Julio Estrada, Gilberto López y Rivas, Susana de la Garza, Rodolfo Stavenhagen, José Francisco Gallardo, Enrique González Ruiz, Luis Tamayo Pérez, Alejandro Aranda, Gabino Palomares, Bruno Baronnet, Alicia Castellanos, Jean Robert, Sylvia Marcos, Luis Hernández Navarro, José de Val, Victoria Montemayor, Pablo González Casanova, Leonel Durán, entre otros.
Todos los eventos se encuentran en la página web de la cátedra http://www.catedracarlosmontemayor.org. A excepción del diplomado, todo los anteriores se llevaron a cabo por la buena disposición de los organizadores y por los amigos y admiradores de Carlos Montemayor, pues jamás se contó con un presupuesto para la catedra.
Para cerrar con broche de oro, el 23 de noviembre la Cátedra presentó el libro de Hubert Matiúwaa “Xó Núné Xabó Mé Pháa. El cómo del filosofar de la gente piel”, lo presentaron Cynthia Ventura, Juana Adcock y el autor, en la sede de la Bigotona.
Deseamos a la Cátedra Carlos Montemayor que continúe con sus proyectos, todos ellos fundamentales para el rescate y enriquecimiento de la vida y obra de Carlos Montemayor, considerado un renacentista de nuestro tiempo por la diversidad dOralba Castillo Najera Ensayista, periodista, novelista, poeta, traductor, luchador social.
¡Justicia para Mafer!
¡Alto al genocidio en Gaza!
✍🏼 Autora: Oralba Castillo Najera
📰Fuente: https://www.lajornadamorelos.mx/opinion/catedra-carlos-montemayor/





El Colegio de Morelos y la Cátedra Carlos Montemayor invitan al conversatorio «Muerte y renacimiento de las lenguas originarias de México», con Susana de la Garza, Laura Bensasson y poetas invitados: Mardonio Carballo (náhuatl), Natalia Toledo (diidxazá/zapoteco), Briceida Cuevas (maya) y Hubert Matiúwàa (mè’phàà/tlapaneco), el viernes 22 de noviembre 2024 a las 17:00 horas en el Colmor, Av. Morelos sur 154, esq. Amates, Col. Las Palmas, en Cuernavaca, Morelos. Evento presencial con difusión en vivo en redes sociales https://www.facebook.com/CatedraInterculturalCarlosMontemayor/

«No morirá la flor de la palabra, podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la Tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder», Sup Marcos, enero 1996.
Ligas de inscripción para asistir a las cinco sesiones del Seminario (virtual) «𝑰𝒏𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒍𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒄𝒓í𝒕𝒊𝒄𝒐 𝒚 𝒍𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂: 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒂 𝒍𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒄𝒄𝒊ó𝒏 𝒅𝒆 𝒉𝒐𝒓𝒊𝒛𝒐𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒇𝒖𝒕𝒖𝒓𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒓𝒆𝒔𝒊𝒔𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒚 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒏𝒐𝒎í𝒂𝒔»
𝐂𝐨𝐧𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐢𝐧𝐚𝐮𝐠𝐮𝐫𝐚𝐥 (9 de mayo): Las resistencias de los pueblos originarios como el internacionalismo del siglo XXI, por Gilberto López y Rivas: https://bit.ly/40oJ0qh
𝐌𝐞𝐬𝐚 𝟏. (16 de mayo) La importancia de las mujeres en los procesos revolucionarios: https://bit.ly/3zdb2Ji
𝐌𝐞𝐬𝐚 𝟐. (23 de mayo) Otro arte, otra cultura y otros medios de comunicación: https://bit.ly/3TP9uyL
𝐌𝐞𝐬𝐚 𝟑. (30 de mayo) El internacionalismo en el siglo XXI para transversalizar las luchas: https://bit.ly/3ZiSDW4
𝐌𝐞𝐬𝐚 𝟒. (6 de junio) Opciones civilizatorias frente a la crisis global: https://bit.ly/3nwHnIk
Evento convocado desde la Cátedra Jorge Alonso, el CIESAS, la Universidad de Guadalajara, el CUCSH-UDG, Clacso – Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, el Grupo de Trabajo: Cuerpos, Territorios, Resistencias, el Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana, la Cooperativa Editorial Retos, la Cátedra Carlos Montemayor, la RERI (Red de Estudios sobre las Resistencias Indígenas) y el Cotric – Colectivo Transdisciplinario de Investigaciones Críticas.







Acerca de la Travesía por la vida: https://compasarriba.org/viaje-por-la-vida-2021/
Publicado en Camino al Andar, Radio Zapatista y Radio Pozol, 3 de noviembre de 2022
Por Jorge Alonso

Fotos: Moysés Zúñiga Santiago
La producción filosófica de Luis Villoro es amplia, profunda original y muy interpelante. Ha realizado análisis sistemáticos y cuestionamientos epistémicos fundamentales a conceptos como el hombre, el conocimiento, el poder, el valor, el sentido, la revolución, la justicia, la ideología, la pluralidad, la libertad, la interculturalidad y la democracia. Reinterpretó el renacimiento a través de la modernidad. Exploró el proceso ideológico de la revolución de independencia. Categorizó la cultura mexicana de 1910 a 1960. Dio cuenta de la pluralidad de culturas. Estudió los conflictos interculturales. Contrastó el Estado homogéneo con el Estado plural. Investigó el relativismo y el universalismo ético. Se adentró en la filosofía de la religión. Se preocupó por comprender los grandes momentos del indigenismo en México. Indagó el principio de la injusticia y los linderos de la ética. Incursionó en la identidad de los pueblos. Ahondó en los derechos humanos y los derechos de los pueblos. Mostró cómo era la libertad de la comunidad y descubrió la autonomía de los pueblos indios. Deambuló en una filosofía para un fin de época y en los retos de una sociedad por venir.
La revista Piezas dedicó uno de sus números para revisar sus aportes filosóficos. Héctor León apuntó que Villoro era un pensador que había hecho de la filosofía un estilo de vida, y que la suya había sido una vida de compromiso. Su filosofía fue un ejercicio riguroso y crítico, creativo y sensible. Se había referido a la justicia, a la democracia y a la igualdad no sólo como temáticas de pensamiento sino con la obligación de pensar la realidad en función de resolverla. Francisco Salinas destacó que el tema del indigenismo lo había abordado desde 1950; pero había hecho una autocrítica conforme profundizó en las realidades de los pueblos originarios. Gabriel Vargas Lozano señaló que Villoro había sido un gran pensador mexicano que profundizó en el pensamiento filosófico en forma creativa y buscó fundamentar las bases teóricas de un movimiento hacia una mejor sociedad. Analizó conceptos vinculados al movimiento zapatista. Resaltó el sentido de comunidad para superar los problemas propios del Estado-nación occidental. Enfatizó que toda su obra había estado dedicada a los indígenas de México. Carmen Villoro se refirió a su padre como un hombre optimista y luminoso que siempre había mantenido una preocupación por el otro y por el sufrimiento ajeno indagando cómo revertirlo. Habiendo tenido una idea de filosofía marcadamente académica, la interpeló frente a la opresión y en búsqueda de libertad. Recordó que desde muy joven su padre había tenido la preocupación de cómo sus ideas podían aterrizar en cuestiones de cambio y transformación social. Analizó que hubo un tiempo en que lo académico y lo político iban cada uno por su lado, pero que hacia el final los reunió. Recalcó que los zapatistas ocupaban un lugar muy importante y que lo filosófico y lo político social habían encontrado en el mundo zapatista el lugar donde converger. Y llamó la atención de que eso le había dado mucha alegría, una gran satisfacción y le confirmó que su vida había tenido sentido. [1]
Su hijo Juan se refirió a que en los homenajes que se habían hecho a su padre después de su muerte había prevalecido cierto diagnóstico académico. Se le reconocía que había analizado con lucidez el presente, pero se le criticaba que había caído en cierto romanticismo al atisbar a la sociedad por venir. Comentó Juan que en un clima dominado por el pragmatismo y el temor a las utopías, concebir un mundo que no existía podría parecer un anhelo desmesurado, pero que no había sido otra la tarea de la filosofía desde Platón a Giorgio Agamben, pasando por Charles Fourier y Simone Weil. Cuando presentó el libro de su padre que se difundió inmediatamente después de su muerte, titulado La alternativa, Juan resaltó que no era un libro que estuviera dialogando con la academia, sino de alguien que quería comunicar un saber de manera inmediata. Y llamó la atención de que su prosa de aparente sencillez, tenía que ver con el contacto con las comunidades indígenas y que se expresaba desde la sabiduría acumulada. Ese libro criticaba el orden y el lenguaje del capitalismo y neoliberalismo y proponía iniciar con otro mundo distinto al dominante, explicando por qué un Estado monoétnico es un absurdo y sostenía que otra democracia más profunda que la meramente procedimental era urgentemente necesaria. A partir de la experiencia de las Juntas de Buen Gobierno en la zona zapatista el libro mostraba cómo se podía pasar de una democracia representativa a formas más directas de mando colectivo. Al interrogante de si podía la política coexistir con la ética la respuesta era afirmativa con la condición de que el ejercicio del poder sirviera a la comunidad y no fuera un fin en sí mismo.[2] En este libro se difundió el profundo intercambio epistolar sobre ética y política entre el vocero del movimiento zapatista el Subcomandante Marcos (SupMarcos) y don Luis Villoro.
La primera carta proviene de la pluma del SupMarcos a mediados de febrero de 2011. [3] Se refiere a las guerras y de manera particular a la guerra desatada en México por el presidente Calderón. Marcos anota que como todas las guerras de conquista viene desde el poder. Recalca que es una guerra perdida porque fue concebida para respuesta a una legitimidad cuestionada. Pero sus efectos son nefastos porque está destruyendo el último reducto que le queda a una Nación: el tejido social. Marcos anota que la identidad colectiva de la Nación está siendo destruida y está siendo suplantada por otra. Cita una entrevista que hacía años le habían hecho a Luis Villoro donde el filósofo dijo que una identidad colectiva no era más que una imagen que un pueblo se forjaba de sí mismo para reconocerse como perteneciente a ese pueblo, y que se refería a aquellos rasgos en que una persona se reconocía como perteneciente a una comunidad, mientras dicha comunidad aceptaba a esa persona como parte de ella. La imagen que el pueblo se forjaba no era necesariamente la perduración de una imagen tradicional heredada, sino que generalmente se la forjaba el individuo en tanto pertenecía a una cultura, para hacer consistente su pasado y su vida presente con los proyectos que tenía para esa comunidad. La identidad no era un simple legado que se heredaba, sino que era una imagen que se construía, que cada pueblo se creaba, y por lo tanto era variable y cambiante según las circunstancias históricas. Hasta aquí la cita de Villoro. Marcos proseguía argumentando que lo que existía en esos momentos era una imposición, por la fuerza de las armas, del miedo como imagen colectiva, de la incertidumbre y la vulnerabilidad como espejos en los que esos colectivos se reflejaban. De esta guerra no sólo resultarían miles de muertos, sino jugosas ganancias económicas. Pero lo que conllevaba era una nación destruida, despoblada, rota irremediablemente.
En su primera respuesta en febrero Villoro aludió que realidad en las guerras no podía hablarse de vencedor o vencido ya que, desde el punto de vista humano, con las muertes, la sangre derramada y la destrucción material, ambos bandos resultan perdedores. Estaba de acuerdo en que la guerra del gobierno era impuesta desde arriba y producto del capitalismo. Apuntaba que en la guerra calderonista no se pretendía destruir al contrario en su sentido clásico, sino que se trataba de una guerra para anular el terreno de la realización y las posibilidades populares. Mientras en el capitalismo regía el individualismo, en la alternativa zapatista surgían valores comunitarios que representaban a la persona en su individualidad y se realizaban en una comunidad.
La segunda carta de Marcos apareció el mes de abril. [4] Decía que la guerra de arriba seguía y que su paso de destrucción pretendía también que se aceptara ese horror cotidiano como si fuera natural e imposible de cambiar. Como si la confusión reinante fuera premeditada y pretendiera democratizar una resignación que inmovilizaba, que conformaba, que derrotaba, que rendía. Pero cuando se organizaba la confusión y se ejercía conscientemente la arbitrariedad, era preciso tratar de desorganizar esa confusión con la reflexión crítica. Marcos tocaba algunos de los puntos que Villoro le había dado en su respuesta. Decía que la reflexión crítica estaba aparentemente estancada. Que el heroico esfuerzo de colectivos anarquistas y libertarios por sustraerse de la lógica del mercado capitalista era efecto y causa de un pensamiento radical. Y que el futuro tenía su apuesta principal en los pensamientos radicales. Las organizaciones sociales de izquierda independiente resistían. Los pueblos originarios sabían de dolor y lucha y mantenían la resistencia. Estaba la digna rabia de las madres y padres de asesinad@s, desaparecid@s, pres@s; y recordaba que en este país no pasaba nada hasta que las mujeres decidían que pasara. También se refirió a la indignación cotidiana de obrer@s, emplead@s, campesin@s, indígenas, joven@s frente al cinismo de los políticos sin distinción de color. Existía una persistente lucha por la libertad a l@s pres@s polític@s y la presentación con vida de los desaparecidos.
Marcos destacó que en su respuesta Don Luis tocaba el tema del individuo y del colectivo. Dijo que una añeja discusión de arriba los contraponía y había usado para hacer la apología de un sistema, el capitalista, frente a las alternativas que surgían como resistencia. Había que tener en cuenta que los anhelos fundamentales de todo ser humano eran mejor vida, más libertad, mayor conocimiento, los cuales podían alcanzare en un colectivo, o dicho de otra forma, no podían alcanzarse sin el colectivo. Porque acabar con la arbitrariedad, desorganizar la confusión y parar la guerra eran tareas colectivas. Esas reflexiones colectivas no pretendían alcanzar la verdad general, pero sí trataban de alejarse de la mentira unánime que desde arriba se trataba de imponer. Realizó una dura crítica a la partidocracia. Marcos planteaba que el mundo como se conocía sería destruido. Primero vendrían movilizaciones espontáneas, violentas y fugaces. Luego sobrevendría un reflujo, pero después surgirían nuevos levantamientos, pero organizados porque participarían colectivos con identidad.
Villoro dio su segunda respuesta en abril diciendo que estaba de acuerdo en la lucha contra la partidocracia. Recordó que los zapatistas eran conscientes de que la responsable de la injustica era en último término la voluntad de poder, por lo que era muy loable que los zapatistas hubieran proclamado que su objetivo no era la toma del poder sino el despertar de la gente contra ese poder. Apuntó que habían abierto una nueva vía al mostrar que la voluntad de los pueblos iba más allá de las elecciones. También Villoro enfatizó su acuerdo en dar prioridad a la ética en la política. Consideraba que el punto de partida debían ser las experiencias particulares presentes de marginación e injusticia.

Marcos había dicho que esperaba que la legendaria tenacidad del poeta Javier Sicilia, así como estaba convocando la palabra y la acción de los zapatistas, alcanzara a agrupar las rabias y dolores que se multiplicaban en los suelos mexicanos. Había dicho que había muchos colectivos a quienes no les interesa ya ni cambiar ni renovar a una clase política parasitaria. No querían cambiar de amos, sino vivir sin ellos. A la marcha convocada por Sicilia desde Cuernavaca hacia la ciudad de México, Marcos le respondió que los zapatistas se sentían convocados y responderían al llamado contra la guerra marchando en San Cristóbal de las Casas y llevarían carteles con los mensajes: “Alto a la guerra de Calderón”, “No más sangre” y “Estamos hasta la madre”. Respondiendo al llamado de Sicilia de nombrar a las víctimas, los zapatistas dirían los nombres de las niñas y niños muertos en la guardería de Hermosillo, a quienes no se les había hecho justicia. Los zapatistas sabían bien que nombrar a los muertos era una forma de no abandonarlos y de no abandonarse los vivos. Más de 15 mil zapatistas marcharon en San Cristóbal de las Casas el 7 de mayo. Fue la manifestación más numerosa que se recordaba allí desde 2001 cuando arrancó la llamada Marcha del Color de la Tierra. Fue la primera vez que los zapatistas se sumaban a una convocatoria de fuera de su movimiento. Zapatistas tzotziles, tzeltales, tojolabales, choles, zoques y mames llevaban mantas en las que se solidarizaban con el dolor de los familiares que han perdido seres queridos en la cruel guerra de Calderón. Dieron vivas a la vida, la libertad, la justicia y la paz y hubo discursos en sus diferentes lenguas.
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“La violencia contra los pueblos y contra las mujeres es la violencia contra la Madre Tierra.”
Fragmento del Considerando Primero del Decreto de los Pueblos Nahuas de Morelos en contra de la Minería y los Megaproyecto
Esta primera mitad del año 2022, los pueblos nahuas de Morelos y, en general, los pueblos originarios del país, han dado una lección de capacidad organizativa y dignidad en la defensa de los bienes comunes, en la defensa de la Trama de la Vida. Para enfrentar el Terricidio, como lo denomina Arturo Escobar, los pueblos del color de la tierra, organizados en el Congreso Nacional Indígena (CNI), han promovido acciones colectivas con un éxito contundente. Primero, en el marco de la Caravana por el Agua y por la Vida y contra el capitalismo convocada por el CNI y sus colectivos adherentes, representantes de las comunidades afectadas por distintos megaproyectos de muerte recorrieron diferentes territorios de Puebla, Veracruz, Ciudad de México, Guerrero, Oaxaca y Morelos para visibilizar la catástrofe y organizar la resistencia pacífica. Después, el pasado 24 de abril, en el poblado de Cuentepec, los pueblos nahuas de Morelos, de la mano de otras organizaciones indígenas del país, acordaron el “Decreto de los Pueblos Nahuas de Morelos en contra de la Minería y los Megaproyectos”, en el que se establece la prohibición definitiva de proyectos mineros y megaproyectos de infraestructura en sus territorios ancestrales:
La Madre Tierra, la vida que de ella se nace y nuestros territorios son sagrados para nuestro pueblo, para su historia y su memoria, así como para todas nuestras generaciones pasadas, presentes y futuras. En consecuencia, se prohíbe la minería en los territorios sobre los que el pueblo nahua del estado de Morelos guarda una ocupación tradicional, lo anterior con independencia del régimen de propiedad que pueda existir en dichos territorios; entendiendo el concepto “territorios” en los términos amplios que establece el numeral “2” del artículo trece del Convenio Número 169 de la Organización Internacional del Trabajo “Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes” (Artículo Primero del Decreto de los Pueblos Nahuas de Morelos en contra de la Minería y los Megaproyectos, 2022).
El Decreto se produce en Cuentepec, bastión del idioma náhuatl en Morelos, que aún guarda en la memoria la resistencia contra la imposición de un hipódromo y un aeropuerto en los años 80. Recientemente, jóvenes activistas e intelectuales nahuas originarios de Cuentepec abrazaron la voz de sus abuelos campesinos y su relación espiritual con lo telúrico, y observaron con preocupación el reinicio de los embates del proyecto minero de capital canadiense, mal llamado Esperanza. El proyecto minero Esperanza fue derrotado en 2013 por una articulación de pueblos de Miacatlán, Xoxocotla y Alpuyeca, y académicos y ambientalistas urbanos de Cuernavaca, con el primer rechazo de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) de la minera, por parte de la SEMARNAT. Era una primera batalla ganada, pero los vencedores sabían que era temporal, porque la infame Ley Minera en México otorga concesiones hasta por 100 años a los empresarios mineros para planear el despojo y reponerse de amparos y defensas legales. Desde 2018, con el arribo del nuevo gobierno estatal y federal, y el intercambio de funcionarios de gobierno a los escritorios del corporativo extractivista en una flagrante violación de ética de los servidores públicos, se promovió la idea en medios de comunicación de una “minería sustentable”, como si esto fuera posible, acompañada de nuevos amagos de inicio de operaciones. Y el pueblo de Cuentepec, entonces, miró su territorio cruzado de barrancas que el dragón de la tierra, Cipactli, horadó en el olvidado tiempo sagrado con su cola cósmica; miró los campos de siembra y el agua viva corriendo por los arroyos; miró la vieja ciudad en ruinas, Xochicalco, Casa de las Flores, habitada más de mil años antes por sabios, astrónomos y artistas cosmopolitas de Mesoamérica; y supo que esa era la herencia inmensurable de sus ancestros que los trascabos y palas mecánicas de la empresa minera pulverizarían como la roca que esconde las briznas de oro en su interior.
Cuentepec se organizó entonces para decirle no a la mina. En Asamblea, acordó sumarse a las luchas de algunas familias del pueblo colindante, Tetlama, y a las voces de los pueblos vecinos que se oponen al proyecto minero desde al menos una década atrás, como Xoxocotla, Coatetelco y Miacatlán. Asimismo, se aliaron al Congreso Nacional Indígena que, hermanado con el EZLN, hacen el más importante esfuerzo de organización anticolonial de los pueblos indígenas mexicanos, y juntos prohibieron la minería y cualquiera otra infraestructura ecocida en sus territorios mediante el Decreto de los pueblos nahuas. Un decreto que en su redacción no deja fisuras legales ni posibilidad de ser rebatido por los leguleyos al servicio del capital. Menos de dos meses después, en mayo, la SEMARNAT volvió a ratificar el argumento presentado en 2013 donde advierte que el proyecto de la mina a cielo abierto es un riesgo enorme para “al menos 200 mil habitantes de los municipios de Temixco, Xochitepec, Miacatlán, Coatetelco y Emiliano Zapata” (Comunicado de Prensa Núm. 32/22; Semarnat, 21 de mayo del 2022). Y como sucede con frecuencia, la participación de las mujeres se vuelve la avanzada de las resistencias de sus pueblos.
Junto con otras mujeres profesionistas nahuablantes bilingües de Cuentepec, Erika Ixhel Hernández abrazó a su comunidad para resistir el proyecto minero Esperanza, y acordó con sus comunidad articularse con el CNI. Erika participó con entusiasmo en la redacción del Decreto que pone fin a la “Esperanza de la desesperanza”, la mina a tajo abierto en el cerro sagrado del Jumil. Pero ese ánimo de resistencia y articulación viene de atrás, de cuando se adhirió con el colectivo de Futuros Indígenas, una organización internacional de jóvenes de la América Profunda que hace suyas las demanda del Abya Yala, de los pueblos del continente; y de cuando leyó durante su formación universitaria los relatos de opresión, vulnerabilidad y violencia que sus colegas trabajadoras y trabajadores sociales narran en los textos que la instruyeron profesionalmente; y de cuando constató personalmente en la última COP del clima en Glasgow, Escocia, que arriba se articulan para seguir mintiendo, explotando y enfermando a la Madre Tierra y a sus criaturas vivas y sintientes, ocultando el ecocido y genocidio racista detrás del discurso de mercadeo supuestamente verde.
Erika es una voz calificada para ayudarnos a comprender los argumentos de su comunidad en contra del proyecto minero que amenaza con acabar con miles de años de memoria viva que habla desde su lengua y la conservación de su territorio ancestral. Con su voz clara, sentados en una banca bajo la sombra de los árboles del pequeño quiosco de Cuentepec, nos ofrece su palabra.

-¿Cómo fue que te involucraste en el activismo en defensa del territorio que te llevó a participar en la COP 26, sobre el clima, en Glasgow?
-Años atrás me comencé a preocupar por el extractivismo que se hace en los territorios de los pueblos. El año pasado salió una convocatoria donde se invitaba a participar a comunicadorxs, activistas y defensorxs de la tierra para aprender metodologías para la defensa del territorio, y también sobre otras luchas. Y la convocatoria me gustó mucho porque significaba un cambio de narrativas, sobre todo con lo que tiene que ver con el cambio climático. Yo no era comunicadora, y tampoco me consideraba activista; pero pensando en la mina pensé que había una emergencia para mi pueblo y decidí participar. Me llamó la atención el concepto de hackeo cultural, y también lo del concepto de Futuros indígenas. Entonces aceptan mi solicitud y entramos en esta red. Participo en el seminario y conozco otras luchas de pueblos en el país, y también pude compartir lo que pasa en nuestras comunidades en Morelos. Y ahí encontré a otras personas del CNI. Al terminar el seminario decidimos mantenernos informados y en contacto. El seminario fue en línea, porque estábamos en pandemia, así que no quisimos quedarnos con solo un diploma, sino apoyarnos y conformar una red. Así nació Futuros Indígenas. Cuando había algún problema nos organizamos, sacamos carteles e informábamos sobre los problemas y las luchas.
Luego otro grupo de jóvenes parecido al de nosotros, denominado Legaia y División Juvenil nos contactó y nos dijo que si estábamos interesados en asistir a la COP, en Glasgow, para hablar desde nuestra perspectiva sobre el tema. No se trataba de promover el reciclaje o cosas así como solución al problema, sino de aspectos más profundos. Aclaradas las razones de nuestras asistencia a ese evento concluimos que de hacerlo nuestro fin sería el de tejer resistencias junto a otros pueblos.
Y en ese momento no teníamos recursos, nada más las ganas de asistir, así que a través de asambleas y solicitudes con distintas redes logramos conseguir el recurso. Nos organizamos una delegación de diez, y nos denominamos Defensoras de la Tierra. Lo increíble es que las autoridades mexicanas no nos dejaban subir al avión, aunque llevábamos todos nuestros papeles, nuestras vacunas y todo en forma. Hasta nos dijeron que si no teníamos pasaporte diplomático no podíamos subir al avión. Pero bueno, finalmente pudimos ir. Lo que pude ver es que en las COP lo que sucede es lo que llaman “greenwashing”. Es decir, las empresas, los gobiernos y los poderosos intentando hacer negocios de cualquier forma, sin realmente interesarse en los problemas que le puede provocar a la gente. Como lo que pasa con las eólicas en Oaxaca, por ejemplo. Pero lo que sabíamos es que lo que importa es la organización desde abajo, que en realidad es la única forma de combatir realmente el cambio climático. Y sí logramos articularnos con compañeras y compañeros de otros lugares de América Latina y África, donde los impactos del calentamiento global son muy duros, y del colonialismo también.

-Entonces esta experiencia te dio las dos visiones sobre la defensa de la naturaleza: la que viene de los negocios y los gobiernos; y la que se desarrolla desde la organización de abajo, de los pueblos.
-Sí, exactamente. Y entonces me quedó claro que el problema era muy fuerte y que había que iniciar el proceso en mi comunidad. A mover a las personas y concientizarlas, a comunicar el problema. Sobre todo me preocupaba que se acabaran las dinámicas comunitarias, que en Cuentepec son muy ricas y profundas. Me preocupaba ver que mi pueblo termine desplazado, que pierda su sentido de pertenencia. Sin duda todo esto me movió a actuar. Y bueno, mi formación como trabajadora social también me permitió ver la importancia de actuar y sensibilizar a mi comunidad. En la educación, pues también he tenido oportunidad de dar clases en la Universidad. Y sé que la educación también es una buena vía para lograr esa sensibilización, esa visibilización de los problemas que el capitalismo impone.
-El 24 de abril sucedió un hecho histórico: el “Decreto de los pueblos nahuas sobre la prohibición la minería y los megaproyectos en sus territorios”. ¿Cómo fue ese proceso?
Pues con el apoyo de tantas compañeras y compañeros de la propia comunidad, como él de Alejandra Domingo, licenciada en derecho, que ha tenido un papel importantísimo en este proceso, así como del ayudante municipal, Calixto Salazar, y tantas y tantos compañeros que me llevaría mucho tiempo nombrar. Y por supuesto de las compañeras y compañeros del CNI, que nos han acompañado y fortalecido como organización, ligada también con pueblos y colonias que serán afectados por esta mina, si es que se echa a andar. Así que por eso nos denominamos Unificación de Pueblos y Colonias contra la Minería en Morelos.
Y es que la gente ya está sensibilizada. Hemos decidido en Asamblea no aceptar ningún apoyo que tenga que ver con la empresa minera, y hemos advertido a la escuela que por ningún motivo reciba apoyo de la compañía ligada a la mina. La gente está muy al pendiente de que esto no suceda.
-Y se puede decir que por decisión colectiva y en asamblea Cuentepec ya es parte del Congreso Nacional Indígena.
–Pues sí, exactamente. Mientras así lo considere la Asamblea del pueblo, ahora lo somos y lo seguiremos siendo.
-¿Qué planes tiene Erika hacia el futuro?
Como parte del pueblo nahua, defender a mi comunidad, junto con mis compañeros y compañeras. En la parte profesional seguir enriqueciendo mi conocimiento en diversos temas relacionados a lo social. El trabajo social es muy amplio, y permite incidir de múltiples maneras en diferentes problemáticas. Me gusta mucho mi profesión, así que tal vez hacer una maestría, y seguir buscando la manera de apoyar a mi comunidad y, a la vez, enriquecerme con esfuerzos comunitarios que suceden en otros lugares, para fortalecer nuestras luchas de manera local, regional y nacional.
-Mucho éxito, entonces. Gracias por ofrecernos esta entrevista.
Texto y entrevista por Héctor Zetina (Cátedra Carlos Montemayor)






Más videos en FB Cuentepec Morelos Tosepan
En los archivos de la Cátedra: Pueblos nahuas de Morelos se oponen a minera canadiense cerca de Xochicalco (2013)
Oralba Castillo Nájera
A donde llega don Pablo González Casanova, su presencia es esperada con emoción. Sus palabras sabias, eruditas, compañeras abren mentes y corazones. Pausado, cómodo, tranquilo expone los procesos de las luchas de los pueblos, dando luz a las contradicciones centrales, y esperanzas para continuar la lucha sin claudicar, traicionar o rendirse.
El comandante Pablo expone y propone caminos para continuar construyendo autonomía y defensa de la territorialidad de los pueblos originarios.
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La Cátedra Intercultural Carlos Montemayor les desea felices fiestas y un año 2021 cargado de esperanza y amorosa lucha.

CAPÍTULO PRIMERO
(23 de septiembre de 1965. Madera, sierra de Chihuahua).
—Con el primer disparo —le ordenó Arturo Gámiz—, haz blanco en el foco. Será la señal para que ataquemos.
Ramón Mendoza miró la primera barraca del cuartel. Del marco de la puerta pendía un foco encendido.
—Y que nadie salga vivo de aquella trinchera.
Arturo comprobó la hora: cinco cuarenta de la mañana. La oscuridad era muy densa aún. Ramón Mendoza se situó en su puesto. Salomón Gaytán y Arturo Gámiz avanzaron por el terraplén hacia una especie de muro que se elevaba ligeramente junto a la vía del ferrocarril. Ramón apuntó hacia el foco; mientras cubría la mira con el grano del revólver sintió que estaba a muy corta distancia. Se volvió a mirar hacia atrás; por un momento vio el quieto brillo de las aguas en la laguna. Revisó la puerta de salida y la trinchera que debía mantener bajo control. Volvió a apuntar y disparó. El foco estalló, y como un eco del tiro comenzó a escuchar las detonaciones provenientes de los sitios donde sus compañeros se habían apostado para atacar las barracas del cuartel. Cuatro en la Casa Redonda: Florencio Lugo y Lupito Escóbel, Martínez Valdivia y Óscar Sandoval; cuatro entre la iglesia y la escuela: Pablo Gómez, Antonio Escóbel, Miguel Quiñones y Emilio Gámiz. Paco Ornelas solo, por la casa de Pacheco. Y tres ahí, en el terraplén de la vía del ferrocarril. Escuchó los primeros estallidos de granadas y bombillos de dinamita que arrojaron Arturo Gámiz y Salomón Gaytán. Le sorprendió sentir un súbito silencio en las dos barracas del cuartel, como si se hubiera detenido el tiempo y los tiros tardaran en ser reconocidos. Enfundó el revólver y preparó el fusil. Vio aparecer una sombra en la zanja: el primer soldado. […] Fuente: Carlos Montemayor. Las armas del alba. México: Joaquín Mortiz, 2003.


«Así se explica la administración de la guerra en Chiapas, no su solución política. Así se explica el surgimiento y perseverancia de grupos paramilitares en el Chiapas de ayer y hoy.» Carlos Montemayor (2007)
En el contexto actual de calumnias (Rompeviento, 27-08-2020) y ataques paramilitares a comunidades zapatistas (L. Hernández Navarro, 25-08-2020), reproducimos aquí el texto integral «Recordar Acteal» de Carlos Montemayor (La Jornada, 17 a 20 de diciembre de 2007) junto al pronunciamiento internacional firmado nuestra Cátedra que se difundió el 26 de agosto 2020.
Por Carlos Montemayor | 17-20 de diciembre de 2007. Fuente: La Jornada.
La masacre de Acteal no fue la primera ni la única en el prolongado proceso del conflicto de Chiapas. Pero fue en la que el gobierno mexicano puso más empeño a fin de transformarla en sólo un eslabón de una cadena de conflictos intercomunitarios. Para apuntalar esta versión oficial el gobierno mexicano recurrió a diversos procedimientos, algunos de ellos extremos. Pasó por alto sistemáticamente hechos fundamentales; creó un libro blanco sobre Acteal donde la Procuraduría General de la República (PGR) describe a modo los acontecimientos, modificando, distorsionando u olvidando información; intentó desconocer la existencia de planes militares dados a conocer desde el 5 de enero de 1998 por Carlos Marín en la revista Proceso; en discursos oficiales manipuló la noción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a veces para negar su existencia y en otras para proponerlo como protagonista, precisamente, de los enfrentamientos intercomunitarios. Los planes militares que dio a conocer Carlos Marín 15 días después de la masacre de Acteal describen, como parte de una contrainsurgencia minuciosamente diseñada, tanto la inducción de desplazamientos de poblados y la creación de conflictos sociales entre comunidades como la aplicación de medidas sólo militares antes y después de los acontecimientos de Acteal.
Sin embargo, las consecuencias políticas de la masacre de Acteal fueron descomunales en el aparato de gobierno para haber sido un eslabón de un conflicto intercomunitario. Provocó, en la dimensión estatal, las renuncias del gobernador de Chiapas y de otros funcionarios de primeros niveles; en el ámbito federal, la renuncia del secretario de Gobernación. Nunca un «pleito de indios» afectó a tantas cabezas de los gobiernos estatal y federal. ¿No fueron las renuncias una forma de reconocer la responsabilidad activa de las autoridades estatales y federales en este «pleito de indios»?
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